Para la economía mundial el modelo productivo se basa, en la producción por parte de las empresas y la adquisición de bienes y/o productos por los consumidores, ya sean otras empresas o particulares. Cuando hablamos de informática, electrodomésticos, electrónica, vehículos e incluso maquinaria industrial o sus componentes parece que damos por sentado que el tiempo de vida media de estos aparatos será mucho menor que años atrás y que tendremos que renovarlos en un tiempo concreto. Actualmente cuando compramos un artefacto doméstico damos casi por seguro que no será para toda la vida. Igualmente con un aparato electrónico donde el ejemplo más claro lo tenemos en los equipos móviles.
¿Por qué es esto así si contamos con más tecnología y medios para fabricar mejores equipos? La causa es la obsolescencia programada, es decir, algunos equipos se fabrican sabiendo de partida que fallarán o dejarán de funcionar óptimamente en un tiempo concreto. La obsolescencia programada es la fabricación de forma deliberada de un producto con fecha de caducidad, solo que no nos indican la fecha. Además, cuando la reparación sea posible el elevado costo de esta, hace que el consumidor opte por no repararlo y comprar uno nuevo.
La existencia de obsolescencia programada es un hecho y plantea tres preguntas importantes.
¿Es rentable la obsolescencia programada para una empresa?
Este puede ser un tema controvertido ya que el origen de la obsolescencia programada es provocar en el consumidor la necesidad de comprar un nuevo aparato y por tanto, aumentar nuestro volumen de facturación. Pero aquí hay que realizar algunos alcances. Puede ser rentable si sólo evaluamos cuentas de resultados de dos o tres años, pero ¿qué ocurre a largo plazo? Si el consumidor sabe que un equipo electrónico o un electrodoméstico dejara de funcionar en un tiempo, indeterminado, pero más bien pronto que tarde, ¿no tenderá a comprar el más barato? ¿No perderá valor el producto fabricado? ¿No tendremos que producir más para compensar la necesidad de bajar el precio?
¿es rentable luchar contra la obsolescencia programada? Pues sí lo es. Una marca o fabricante cuyos productos sean fiables y duraderos tendrá mucho más prestigio y valor de cara a los consumidores. Evidentemente siempre habrá elementos que requieran de un reemplazamiento cuando cumplan un determinado número de ciclos de trabajo, pero esta renovación no estará relacionada con una fabricación defectuosa a propósito, que es lo que se denomina obsolescencia programada.
El incremento en la demanda de productos debe basarse en la calidad del producto fabricado y en la actualización tecnológica de las instalaciones y nunca en fallos programados de los equipos. La innovación y la aplicación de la última tecnología en los sistemas de control, software, sistema de rastreo (GPS, radiofrecuencia, etc.), mejora en el diseño de estaciones de maquinaria para incrementar su usabilidad y eficiencia, uso de nuevos materiales, etc.
¿es este modelo sostenible y socialmente aceptable?
«La utilización de la obsolescencia programada es insostenible desde el punto de vista de daño al medio ambiente»
La obsolescencia programada es totalmente insostenible desde un punto de vista de protección medioambiental y de los efectos climáticos. Muchos expertos ya indican la imposibilidad de revertir los efectos climáticos de un modelo de consumo de usar y tirar, siendo optimistas estamos en el límite de punto de no retorno, pero podemos modificar la forma de producir. En este marco en la Unión Europea ya están en marcha medidas que promueven el cambio a sistemas de economía circular. La economía circular busca la optimización de los recursos, reducir la necesidad de materias primas, promover la reutilización, la reducción de desechos y su correcto reciclaje para reintroducirlos en el sistema de producción. Bajo este modelo se debe adaptar al mercado latinoamericano.
Conseguir un sistema productivo autosostenible en el que la obsolescencia programada no sea una opción de modelo de negocio requiere de la concienciación social de consumidores y fabricantes y de una legislación adecuada al respecto.
¿La obsolescencia electrónica para la industria y el uso de los OEM?
Bajo nuestra experiencia solo los Fabricantes tienen la facultad de una reparación relacionada a una función específica para sus equipos, es claro que comercialmente prefieren el cambio a la reparación.
En el campo y con los limitantes OEM, el cambio de Bien a Servicio implicaría un aumento de costos más que la reducción en sí misma, ya que los clientes adquieren un «Servicio de Disponibilidad y Operatividad» y ello al fabricante lo obliga a tener equipos o componentes de respaldo disponibles ante una necesidad, aumentando su costo por el ciclo de rotación y todos estos son cargados a los clientes, con la posibilidad del incremento de Impacto Ambiental por la necesidad de mayor cantidad de componentes electrónicos para respaldo.
Consideramos que para afrontar efectivamente la Obsolescencia Programada se debe analizar desde la condición estándar de funcionamiento de los equipos y su arquitectura.
Con ello ver opciones que permitan extender el ciclo de vida de los componentes electrónicos o sus alternativas de operación corrigiendo, mejorando y/o generando copias de respaldo según se requiera.
De esta forma se podría reducir el impacto ambiental y reducir los costos asociados.